Tragedia Oculta en Monfragüe 1965: El Mayor Accidente Laboral de España que el Franquismo Quiso Silenciar

Tragedia Oculta en Monfragüe 1965: El Mayor Accidente Laboral de España que el Franquismo Quiso Silenciar

Descubre la verdad detrás del Desastre del Salto de Torrejón (1965) en Cáceres, considerado el mayor accidente laboral de España. Analizamos la negligencia, la censura del régimen de Franco, el papel de la familia Oriol y la incansable lucha de los supervivientes por la memoria histórica..

Vídeo Podcast Explicativo sobre la Tragedia de Torrejón

El Desastre del 22 de Octubre de 1965 Presa de Torrejón : Un Accidente Laboral Catastrófico

El jueves 22 de octubre de 1965, se cumplieron 50 años de uno de los accidentes laborales más graves del siglo XX en España. Este suceso, conocido como el Desastre de Torrejón, es también considerado el mayor accidente laboral en la historia de Extremadura y la tercera mayor tragedia humana relacionada con la

rotura de una presa. Ocurrió en la confluencia de los ríos Tajo y Tiétar, en la provincia de Cáceres, junto al triple límite de los términos municipales de Torrejón el Rubio, Toril y Serradilla.

La tragedia se desencadenó hacia las nueve de la mañana, o alrededor de las 9:30 AM, cuando una compuerta provisional (ataguía) de 14 toneladas que cerraba el túnel de bombeo reventó. Esta compuerta estaba frenando el paso del agua del canal. La fuerza del agua, acumulada tras días de intensa lluvia, anegó el túnel (de 16 metros de ancho), la central hidroeléctrica subterránea y varias galerías, segando la vida de dos cuadrillas de obreros que trabajaban en el interior. El desastre se agravó cuando la compañía

constructora se vio obligada a abrir los aliviaderos del embalse para drenar los túneles y rescatar a las víctimas, arrastrando consigo a otro grupo de trabajadores que finalizaban tareas en el cauce seco del río. El paraje quedó como después de un bombardeo, lleno de escombros y maquinaria arrastrada por la corriente.

Magnitud de la Obra y Negligencia en la Construcción

Las presas sobre el Tajo y el Tiétar, que se encontraban en construcción, eran una infraestructura colosal que había comenzado en 1959. En el lugar, que hoy forma parte del Parque Nacional de Monfragüe, llegaron a trabajar hasta 4.000 personas, en su mayoría procedentes de otros pueblos de Cáceres. El proyecto,

promovido por Hidroeléctrica Española (actualmente Iberdrola, tras la fusión en 1992), estaba prácticamente finalizado, y en esos días se realizaba su llenado para probar el funcionamiento de los aliviaderos.

Existieron indicios claros de negligencia en el manejo y diseño de las instalaciones:

  1. Exceso de llenado: Todos los testigos coincidieron en que los responsables de la presa se excedieron en el llenado. El nivel del agua estaba a solo 83 centímetros del tope de su capacidad máxima.
  2. Fallo de seguridad: De investigaciones oficiales posteriores se dedujo que la ataguía que reventó no cumplía con los requisitos reglamentarios de seguridad. Adicionalmente, una investigación de documentalistas sugiere que la ataguía, más que defectuosa, fue mal colocada.
  3. Víctimas: La cifra oficial reconoció 54 cadáveres y otros 10 de accidentes anteriores, aunque el número real de víctimas es incierto, ya que algunos desaparecieron arrastrados por las aguas. Algunos recuentos estiman las víctimas entre 30 y 70.

El Silencio y la Ocultación del Régimen Franquista

El accidente tuvo lugar en un contexto de auge en la construcción de pantanos en España, y el régimen de Franco no estaba dispuesto a que el desastre de Monfragüe generara la repercusión que tuvo la tragedia de Ribadelago en 1959. Por ello, la catástrofe fue envuelta en una capa de censura, silencio y olvido.

  • Responsabilidad y encubrimiento: El silencio oficial se produjo en connivencia con la dictadura y la oligarquía representada por la todopoderosa familia Oriol, propietaria de Hidroeléctrica Española. José María de Oriol y Urquijo presidía la eléctrica en ese momento.
  • Reacción de las autoridades: El periódico EL PAÍS publicó un artículo sobre la ocultación. Pese a que el dictador Franco tenía previsto asistir, jamás vino ni se dio explicación alguna al respecto. Las presas nunca fueron inauguradas oficialmente por Franco, aunque entraron en funcionamiento en 1966.
  • Censura mediática: La prensa de la época (como Arriba, ABC, Pueblo o Ya) informó del accidente de manera breve y escueta, casi anecdótica, enfocándose en la labor «paternalista» de las autoridades. El noticiario oficial del NODO solo le dedicó menos de un minuto.
  • Impune Justicia: La justicia fue prácticamente inexistente. A pesar de las pruebas de negligencia aportadas por los peritos, la instrucción judicial se sobreseyó en 1970. Las viudas fueron indemnizadas con apenas 20.000 pesetas (más 5.000 pesetas por huérfano), obligándolas a renunciar a cualquier reclamación.

La Lucha Póstuma por la Memoria y la Reparación

La heroicidad de los propios trabajadores es un capítulo destacado de esta tragedia. Los obreros fueron los encargados de rescatar a los supervivientes y a los cadáveres de sus propios compañeros, incluso realizando el traslado de los ataúdes precintados a las familias. El último cuerpo recuperado no apareció hasta mediados de 1966.

Tragedia Oculta en Monfragüe 1965: El Mayor Accidente Laboral de España que el Franquismo Quiso Silenciar
Tragedia Oculta en Monfragüe 1965: El Mayor Accidente Laboral de España que el Franquismo Quiso Silenciar

Un nombre sobresalió: José Martín Malmierca, conductor de grúas, quien rescató entre 25 y 30 compañeros utilizando la pluma de su grúa con una cesta. La prensa lo bautizó como el «Héroe de Torrejón» y Franco le otorgó la Medalla del Mérito al Trabajo.

Décadas después, la verdad sigue saliendo a la luz:

  • Desaparecidos Encontrados: En 2007, 42 años más tarde, la familia del trabajador Agustín Oliva de Arroyo de la Luz halló su tumba en el cementerio de Toril, gracias a una carta del juez instructor que nunca llegó a manos de sus hijas.
  • Reclamación de Memoria: Paquita Martos y Ernesto Ávila, dos de los niños que crecieron en el poblado obrero de los Saltos, reivindican la memoria histórica. Ellos y otros supervivientes claman por un gesto de justicia póstuma: la restitución de una placa con los nombres de todos los fallecidos que Iberdrola retiró de la antigua capilla de los Saltos sin dar explicaciones.
  • Reconocimiento tardío: La importante investigación realizada por Rosa Escobar e Inés García Herrero ha despertado finalmente el interés por la tragedia. Finalmente, en 2016, 51 años después, el actual presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, rindió homenaje a las víctimas con un monolito en su memoria.

Reflexión Final: El Valor Imperecedero de la Memoria Obrera

La Tragedia del Salto de Torrejón no es solo un sombrío recuerdo de 1965, sino un recordatorio de cómo el silencio oficial puede intentar borrar la vida de decenas de trabajadores en aras del progreso y la propaganda. Este evento, que se encuentra entre las mayores catástrofes de rotura de presa a nivel nacional

subraya la importancia de la seguridad laboral y las normativas rigurosas en la ingeniería civil (aspectos que hoy son pilares en la gestión de presas, como se evidencia en el Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses, 1996, y en los congresos especializados).

La persistencia de los hijos y compañeros de las víctimas por recuperar una placa de mármol es un testimonio conmovedor de que, aunque el poder económico y político intentó sellar el olvido

La memoria de aquellos 64 (o más) hombres arrastrados por el Tajo permanece y exige el reconocimiento histórico. Recordar Torrejón es honrar a quienes, con su sacrificio, cimentaron el desarrollo de un país, un legado que mereció mucha más dignidad y transparencia que la que el régimen franquista les concedió..

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