Rotspanier: Los Republicanos Españoles Olvidados por Franco y Exterminados por Hitler
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Descubre la historia de los republicanos españoles en Mauthausen. Olvidados por Franco y exterminados por Hitler, su lucha antifascista acabó en tragedia.
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Introducción: El Doble Olvido de los Antifascistas Españoles
La historia de los republicanos españoles exiliados tras la Guerra Civil es una de las mayores paradojas del siglo XX. Fueron los primeros luchadores contra el fascismo en Europa, enfrentándose a las tropas sublevadas de Franco apoyadas por Hitler y Mussolini. Sin embargo, tras la derrota en 1939, fueron abandonados por las democracias occidentales y repudiados por su propio país. Su inquebrantable lucha por la libertad les selló un destino trágico, convirtiéndolos en víctimas de dos dictaduras: la de Franco, que les arrebató su patria, y la de Hitler, que les arrebató la vida. Más de medio millón de personas huyeron a Francia buscando refugio, pero miles de ellas encontraron un infierno aún peor en los campos de exterminio nazis, una historia que fue deliberadamente silenciada durante décadas en España.
De la Derrota al Exilio: Los Campos de Concentración en Francia
Tras la caída de Cataluña en febrero de 1939, se produjo una huida masiva de casi 550.000 españoles hacia Francia. Este éxodo, conocido como «La Retirada», no condujo a un lugar seguro. En lugar de recibir refugio, los exiliados fueron confinados en campos de internamiento improvisados por el gobierno francés de Édouard Daladier, que los consideraba «extranjeros indeseables». En localidades como Gurs, Argelès-sur-Mer y Saint-Cyprien, se levantaron recintos cercados con alambradas, en muchos casos directamente sobre la arena de las playas como en Argelès-sur-Mer.
Las condiciones eran ignominiosas: no había barracones ni refugio alguno contra los elementos, escaseaba la comida y el agua potable era inexistente. Estas circunstancias infrahumanas, el primer paso hacia la deshumanización y la apatridia de facto, provocaron la muerte de miles de refugiados por desnutrición, disentería y otras enfermedades, en lo que fue el capítulo inicial de un largo y doloroso calvario.
«Rotspanier»: El Estigma Nazi y el Abandono Franquista
El término Rotspanier (rojos españoles) fue la denominación que los nazis dieron a los republicanos españoles, pero su alcance fue mucho más allá de los deportados a Mauthausen. Se aplicó a hasta 70.000 trabajadores forzosos en Francia, Alemania y las Islas del Canal, especialmente a los 40.000 que fueron esclavizados por la Organización Todt para construir el Muro Atlántico. Para aquellos que acabaron en los campos de exterminio, el camino fue una sucesión de abandonos que selló su suerte:
- Una opción desesperada: Para evitar la repatriación forzosa a la España de Franco, donde les esperaba la cárcel o el pelotón de fusilamiento, muchos hombres se vieron abocados a alistarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE) del ejército francés, siendo destinados a labores de fortificación en la frontera con Alemania.
- Captura por la Wehrmacht: Con la invasión alemana de Francia en mayo de 1940, miles de estos republicanos, junto con otros que luchaban en la Legión Extranjera, fueron capturados por la Wehrmacht y trasladados a campos de prisioneros de guerra, conocidos como stalags. Otros fueron detenidos más tarde por su participación en la Resistencia francesa.
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- La traición de Franco y la condena a la apatridia: El punto de inflexión llegó cuando el régimen de Franco comunicó a las autoridades alemanas que no reconocía a estos prisioneros como ciudadanos españoles. Al considerarlos apátridas, el franquismo les despojó deliberadamente de su nacionalidad, dejándolos sin la protección de la Convención de Ginebra. Este acto no fue solo burocrático; fue una sentencia de muerte.
- Deportación a Mauthausen: La burocracia francesa facilitó la tragedia. Usando los listados y censos establecidos por las autoridades galas en sus campos de internamiento, la Gestapo identificó a los españoles en los stalags y organizó su deportación a campos de concentración. La mayoría fue enviada a Mauthausen, donde fueron marcados con el triángulo azul de los apátridas y una «S» de Spanier (español), condenándolos a un exterminio lento a través del trabajo esclavo.
Mauthausen-Gusen: El Infierno de los «Españoles Rojos»
El complejo de Mauthausen-Gusen, situado en Austria, fue el único campo clasificado desde el principio por los propios nazis como de «Categoría III», el nivel de máxima dureza reservado para «enemigos políticos incorregibles del Reich». Para los republicanos españoles, se convirtió en su principal destino de muerte.
- Deportados a Mauthausen: 7.533 republicanos españoles identificados.
- Fallecidos: Cerca de 5.000. Una compilación oficial posterior (1950-1952) confirma 4.427 muertes.
- Principal centro de exterminio: El subcampo de Gusen, donde perecieron la mayoría, unos 3.900 españoles.
De los casi 5.000 fallecidos, 457 fueron gaseados en el castillo de Hartheim, 339 murieron en el campo central, 58 en el subcampo de Steyr y el resto en otros comandos externos. La vida en el campo era la manifestación física del principio nazi de «exterminio a través del trabajo». El epicentro de esta brutalidad era la cantera de granito (Wienergraben), de la que los prisioneros debían extraer y acarrear pesados bloques de piedra subiendo la tristemente célebre «escalera de la muerte» de 186 peldaños irregulares. El escritor y superviviente Joaquim Amat-Piniella describió así el horror:
“El camino que desde lo alto de la escalera de la cantera, llevaba hasta el campo no tenía ni alambradas ni centinelas más que por el lado izquierdo, puesto que por el lado derecho estaba bien guardado por el precipicio de la explotación… aquellos que durante el trayecto quedaban rezagados… eran “amablemente” invitados a lanzarse al abismo. (…) El promedio de “suicidios” solía ser de seis a diez por viaje”.
El pico de mortalidad para los españoles se concentró entre julio de 1941 y febrero de 1942. Durante esos ocho meses, coincidiendo con las obras de ampliación del campo en las que fueron utilizados como mano de obra esclava, fallecieron aproximadamente el 75% del total de víctimas españolas.
Resistencia entre Alambradas: El Valor que Documentó el Horror
A pesar de las condiciones inhumanas, los republicanos españoles no perdieron su dignidad. Gracias a la experiencia política y de organización forjada durante la Guerra Civil, crearon redes clandestinas de ayuda mutua y resistencia moral que fueron clave para la supervivencia de muchos.
El acto de resistencia más extraordinario fue protagonizado por tres hombres que trabajaban en el laboratorio fotográfico del campo: Antonio García, José Cereceda y Francesc Boix. Encargados de documentar las actividades de los SS, lograron una proeza increíble: sustraer y ocultar miles de negativos fotográficos que mostraban la barbarie nazi. Esta operación no habría sido posible sin una red de solidaridad que trascendió las alambradas. Los negativos fueron sacados clandestinamente del campo por jóvenes trabajadores españoles que se los entregaron a una mujer austriaca de la zona, Anna Pointner. Esta heroica mujer los fue escondiendo en el muro de su jardín hasta la liberación.
Estas imágenes se convirtieron en pruebas clave para acusar a los criminales nazis en los procesos de Nuremberg, donde el propio Boix testificó. Asimismo, otros republicanos como Casimir Climent Sarrió, que trabajaban en las oficinas, lograron duplicar y salvaguardar parte de la documentación y las fichas de los españoles, un material que resultó vital para poder identificarlos tras el fin de la guerra.
Liberación sin Regreso y un Exilio Permanente
El 5 de mayo de 1945, las tropas estadounidenses liberaron el campo de Mauthausen. La alegría de los supervivientes, sin embargo, fue agridulce. Mientras los prisioneros de otras nacionalidades eran repatriados a sus países de origen para ser recibidos como héroes, los españoles se vieron excluidos de las repatriaciones.
Su condición de apátridas, decretada por Franco años atrás, alcanzó aquí su trágica conclusión. Legalmente, no tenían un país al que regresar. No podían volver a España, ya que la Dictadura franquista seguía en el poder y los consideraba enemigos. Su lucha contra el fascismo no había terminado con la derrota de Hitler. Abandonados una vez más, fueron condenados a rehacer sus vidas en un exilio permanente. La gran mayoría fue finalmente acogida en Francia, donde encontraron un segundo hogar pero nunca pudieron olvidar la patria que les fue arrebatada.
Reflexión Política Final: Una Deuda con la Memoria Histórica
La historia de los «Rotspanier» representa una doble condena: el exterminio físico a manos de los nazis y el borrado de su memoria por parte del franquismo. El régimen de Franco no solo los abandonó a su suerte, sino que ocultó activamente su existencia y silenció su sacrificio durante décadas. Este olvido se prolongó incomprensiblemente durante la democracia.
Fueron los propios supervivientes y sus familias quienes iniciaron la lucha por el recuerdo. El 6 de mayo de 1962, gracias a los fondos recaudados mediante una subscripción popular, se erigió en Mauthausen el monumento en memoria de los republicanos españoles, un acto de dignidad frente al silencio oficial. Conocer y divulgar esta historia no es remover el pasado, sino un deber cívico para honrar a quienes dieron su vida por la libertad y una advertencia crucial sobre las devastadoras consecuencias del fascismo y el abandono político. Como afirmó un superviviente, «la verdad histórica es importante conocerla».
Rotspanier: Los Republicanos Españoles Olvidados por Franco y Exterminados por Hitler



